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  • Carlos Arguimberri Elorriaga
    43 Conductor de autobús 7 julio 1975 Deba Guipúzcoa (España)

    A Carlos Arguimberri Elorriaga, de 43 años, en Deba lo creían un chivato.  Su familia era carlista. Su padre fue sepulturero, carpintero y cartero y él trabajó de zapatero y de conductor de autobús. También fue alcalde pedáneo y concejal de Deba. Cuando parte de los vecinos de Itziar, su barrio, comenzaron a involucrarse en actividades nacionalistas en los sesenta, Carlos permaneció ajeno. Y empezó entonces a extenderse el rumor de que era un delator a quien se culpaba del traslado del sacerdote decidido por el obispado e incluso de alguna detención.

    El 7 de julio de 1975, cuando volvía a casa conduciendo el autobús, dos etarras se levantaron hacia Carlos y le obligaron a salir de la carretera general. Tras gritarle “Hi txakur bat haiz” [“eres un perro”], lo mataron a tiros delante de su hermano y su hermana y de las mujeres horrorizadas que salieron gritando del autobús. Mientras el cuerpo de Carlos yacía sobre el volante, el autobús comenzó a rodar marcha atrás y casi atropelló a una de las mujeres que había caído al suelo con las prisas de los momentos de terror. El vehículo se detuvo al chocar contra un muro. La sangre de Carlos derramada sobre la carretera estuvo a la vista durante varios días escribió el antropólogo Joseba Zulaika.

    Según Zulaika, vecino de Itziar que conoció a Carlos, no había “ni un ápice de verdad” en los rumores que le hicieron “villano oficial” de su localidad. Pero antes de su asesinato, en 1972, miembros de un grupo católico pintaron  en su autobús las palabras “Karlos hil” («muerte a Carlos»). Y ETA le incendió el autobús. Su asesinato fue el primero de una serie contra personas a quienes se acusaba de ser confidentes policiales, pero que la mayor parte de las veces eran, simplemente, vascos no nacionalistas.